Arqueología de un conflicto (Editorial 17-09-2010)

Nada como estar ahí, ver, palpar, escuchar. Sobre todo cuando la información llega a  cuentagotas y es más importante, para el caso, la cara sonriente de Closs junto al gesto inefable de Cristina, cual reina en su carroza (en la página 3), que la resolución del conflicto más importante de los últimos meses (años tal vez) en la salud pública de la provincia (en la página 13). Misiones, tierra de contrastes. El crisol de razas elevado a mito de origen y celebrado a puro cotillón en Oberá, con la presidenta anunciando obras (uf, Garabí…) e inversiones millonarias como quien tira manteca al techo (en la página 3); y una ronda de trabajadores precarizados, pauperizados y algunos de ellos ya bastante desgastados después de diez días de huelga de hambre, analizando qué hacer frente a la propuesta de 150 pesos en septiembre y 50 pesos en noviembre que ofreció la vicegobernadora Sandra Giménez (en la página 13).
Era el viernes 10 de septiembre, estábamos en la terminal de Eldorado y leíamos algunas páginas de un matutino local, tratando de entender algo del panorama de la realidad política más allá de la frase hecha: “Misiones, tierra de contrastes”, que era la única que a esa altura parecía tener algún sentido.
Empezábamos así un abreviado recorrido en la localidad que fue el foco de la lucha hospitalaria más intensa que se recuerde de un tiempo bastante largo a esta parte (que algunos miden en años): cortes de ruta, asambleas permanentes, huelga de hambre. Y lo hacíamos luego de que la lucha se levantara, a la búsqueda de testimonios y vestigios que nos acercaran alguna pista del complejo y profundo proceso vivido, como si fuéramos arqueólogos y no periodistas.
Fue una experiencia inusual hacer la indagación luego del capítulo final del acontecimiento, pero no dejó de ser interesante, porque la memoria a veces necesita ese acicate para dar lugar a la interpretación de la vivencia. Hablamos con dos delegados sindicales, recorrimos el hospital, vimos autos con la leyenda: “Yo apoyo al SAMIC” y conversamos con dos trabajadores de base, dos de los huelguistas de hambre que aún mostraban signos de deterioro físico, pero que estaban firmes en su lugar de trabajo. Sentimos que la marea había empezado a contraerse luego de golpear con fuerza la costa, pero no percibimos desánimo, sólo cansancio.  
Luego vendrían los demás acontecimientos de la semana informativa: el agravamiento de la judicialización contra el activismo social, un nuevo mes de la tragedia del Paraná sin noticias de sus responsables, el brote de xenofobia en el hemisferio norte del planeta, con la frustrada quema del Corán, la prohibición del velo en Francia y la expulsión de los gitanos, y la toma de colegios y facultades en Capital, que se intensifica en lugar de aminorarse, para desgracia de Macri.
Permanecía, sin embargo, necesidad de volver sobre aquello que no habíamos presenciado personalmente y que se nos hizo accesible a través de las voces ajenas, y eso es lo que ahora les acercamos a ustedes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario